Inicio

sábado, 9 de septiembre de 2017

Entra en tu piel
tan fácil como lo hacen los rayos del sol.
Un día puedes estar sola
y al siguiente él está ahí.
Diciendo lo que necesitas escuchar,
siempre sabe que decir
y que hacer.
Te atrapó cuando era necesario,
te abrazó cuando lo pediste,
ganó tu confianza.
Se lo merecía. 
Esos labios suyos,
con esa sonrisa escondida detrás de ellos
¡maldita sea,
hace que te vuelvas loca!,
y cuando los pruebas
no puedes tener suficiente,
te haces adicta.
Él definitivamente
no era igual a los demás,
era mucho peor.
Te hace amarlo
al grado de volverte vulnerable.
Te besa
y esos labios tan sabes
te hacen tocar el cielo.
Te da luz diaria
con esa sonrisa suya
tan única.
Te observa
y su mirada
es capaz de transmitir todo,
amor,
felicidad,
tristeza,
enojo.
Y en algún punto
también la traición.
Era el error que veías venir
pero ignoraste por necesidad.
Se aburre fácil
¿No te lo mencione?
Siempre esta en busca de retos,
le gusta arreglar cosas rotas,
y tú lo eras.
Fuiste perfecta para él.
Frágil.
Necesitada.
Rota.
Inocente.
Y cuando eres así,
créeme,
todos podemos comer mentiras
cuando nuestro corazón
esta hambriento.
No te voy a mentir,
Te ama,
igual que amó a las otras
antes de ti
y a las que estarán
después de ti.
Es su naturaleza.
Es el cazador.
Te asecha,
te vigila,
te usa
y cuando ya no les sirves
te deshecha.
Es ahí cuando me pregunto
como alguien como él
con esos labios,
con esa sonrisa
y esos ojos
puede saber a paraíso
pero ser el maldito infierno.
Alguien con sabor a miel
no debería causar
tanto daño como lo hace el cianuro.
Te destroza,
no completamente,
le gusta dejar marca,
que lo recuerden.

Te deja vivir.
Te deja existir.
Pero existir nunca había sido tan malo
como cuando pruebas algo hermoso,
sirve para recordarte todo
lo que alguna vez tuviste
y algo que nunca vas a poder tener.
Es un dolor que te hace estar en casa
enferma por culpa de una persona
y no de un virus.

domingo, 3 de septiembre de 2017

“Y si te encuentro una tarde,
podríamos hablar de tantas cosas,
de tus gustos, aptitudes, miedos, sueños,
del color del pasto o del sabor de la miel,
de la luna de octubre,
de los escarabajos en la lluvia,
de cine, de fotografía,
de la migración de las tortugas,
del nombre de cada planta en el valle,
del olor de las almendras,
de las gafas de pasta,
de tu mirada tan profunda,
de tu sonrisa tan breve,
de tu voz que estremece,
o de mí, pensándote tanto…”

No es que me haya vuelto insensible… mi corazón está en huelga, en este momento no soporta amores pasajeros ni amores a medias. ...